Clayton Kershaw presenta su candidatura a abrir el All-Star
La imagen es atemporal. El Dodger más grande de su generación, en el brillante parque de 60 años, eleva su brazo y su pierna en el aire como si estuvieran unidas por una cuerda antes de disparar hacia el plato.
Ha visto varios veranos fulgurantes de dominio. Aperturas importantes en octubre. Noches que han construido la leyenda y la historia. Pero Clayton Kershaw nunca ha tomado la lomita para abrir la noche en la que el deporte pone en el escaparate a sus estrellas más resplandecientes.
El repertorio de Kershaw ha evolucionado, aunque la descabellada bola curva que le hizo famoso sigue sobresaliendo. Ha reconocido que se toma las cosas año a año. Descansó durante la mayor parte del invierno durante el cierre patronal antes de acordar eventualmente regresar a Los Ángeles mediante un trato de un año. Pero a sus 34 años, con sombras grises en su barba y un codo y una espalda problemáticos en el retrovisor, Kershaw ha brillado como nunca.
El pasado sábado, Kershaw fue el mismo lanzador dominante y ponchó a 10 durante 7.2 entradas en las que vio dos carreras rivales subir al marcador - sólo una encajada - en una victoria por 4 a 2 sobre los Chicago Cubs.
El zurdo redujo su ERA a 2.40, su promedio de carreras permitidas menor durante una temporada completa desde 2017 y el quinto más bajo en la Liga Nacional esta temporada entre los abridores con al menos 60 entradas lanzadas.
En su apertura de temporada regular número 199 en el Dodger Stadium, Kershaw ofreció más razones a su manager de que el hombre que fue comparado con Sandy Koufax de adolescente y lo cumplió debería ser titular en su parque local una vez más de lo esperado originariamente. De que Clayton Kershaw debería abrir el partido del All-Star en el Dodger Stadium la próxima semana.
De muchas maneras, la del sábado podría haber pasado por cualquiera de las anteriores 198 aperturas de temporada regular de Kershaw en casa. Un par de salidas después de permitir seis carreras en Coors Field, redescubrió la firmeza y convirtió su slider en intocable.
Por 113.ª vez en esas 199 aperturas en el parque de Chavez Ravine, Kershaw se las arregló para proporcionar a los Los Angeles Dodgers al menos siete entradas. Por primera vez esta temporada, lanzó en la octava.
Cuando Dave Roberts, manager de Los Angeles, salió para quitarle la pelota después de que el anterior esférico de Christopher Morel con dos outs hubiera pasado de largo por tierra del tercera base Max Muncy, Kershaw bromeó abiertamente con él sobre si debería pedir quedarse en el partido.
Kershaw subió su total de entradas a 63.2 esta temporada e igualó parte de la chispeante producción de Sandy Alcántara, de los Miami Marlins, en prácticamente la mitad de entradas - Alcántara entró al pasado fin de semana con 123.1. Todavía está lejos de empatar las carreras permitidas de media por su compañero Tony Gonsolin, que lidera el béisbol en ERA aunque penda de un hilo en cuanto al volumen necesario para poder tener ese título.
El pitcher de 34 años no tiene la misma distinción que Julio Urías de ser el hombre en la lomita durante el último tercio del título de la Serie Mundial más reciente de los Dodgers mientras junta un estelar 2022. Tampoco luce un uniforme de los Atlanta Braves como Max Fried, natural de Los Ángeles y quizá una opción lógica como titular de la Liga Nacional y de Brian Snitker - manager de Atlanta.
Roberts argumentó el sábado que Kershaw tiene la narrativa a su favor. La conexión con una afición y la región que alberga el partido por primera vez en 42 años. Y han existido incontables oportunidades perdidas a lo largo del camino que le han costado la oportunidad de tener ese honor al futuro miembro del Salón de la Fama en la primera papeleta.
Kershaw ha dicho que no quiere quitarle el puesto a nadie en la plantilla del All-Star. Noches como la del pasado sábado lo hacen aún más válido y merecedor de la selección. Una vez en el equipo, el ocho vez All-Star tendrá la oportunidad de hacer algo que nunca antes ha hecho en ese partido.
Abrir.
Es algo en lo que Kershaw se ha permitido pensar últimamente.
Sería otra imagen eterna en una carrera de 15 años llena de ellas.
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