El mes decisivo de los Utah Jazz

El Jazz lleva 23-9 esta temporada, tras la victoria de la noche de Navidad sobre los Dallas Mavericks

Tienen el tercer mejor récord de la NBA. Tienen uno de los tres mejores ratios limpios de la liga. Son el mejor equipo ofensivo de la NBA, y los números dicen que son uno de los mejores equipos defensivos de la liga.

El Jazz es, como mínimo, un muy buen equipo. Sin importar el grado de quisquilloso que se sea con lo que hacen en el parqué, se debería llegar lógicamente a esa conclusión. Todavía no sabemos si son un gran equipo. Y probablemente seamos capaces dar respuesta a eso con un poco más de seguridad en las próximas cuatro a cinco semanas.

Pase lo que pase, Utah no se ve a sí mismo como un producto terminado. Las victorias están bien. El Jazz ya ha conseguido eso. La aspiración al título es genial. Han conseguido probablemente eso también. Estar entre los tres mejores de la Conferencia Oeste no debería ser más una novedad. El Jazz ya sabe lo que es eso. Para Utah, pulir los detalles y estar listo para la postemporada es el tema de esta temporada regular.


Contra lo que está trabajando el Jazz ahora es el conocimiento de dos equipos verdaderamente grandes en la Conferencia Oeste, con el conocimiento de que las actuales estrellas lesionadas podrían cambiar el péndulo de dirección, si esas estrellas regresan.

Sabemos que los Phoenix Suns estarán ahí. Chris Paul, Devin Booker y Deandre Ayton han convertido eso en casi una certeza. Pero los Golden State Warriors han regresado al nivel de la élite, y junto con el Jazz, el Oeste es actualmente una conferencia de tres equipos. Si Jamal Murray vuelve bien de su desgarro en un ligamento cruzado anterior, los Denver Nuggets realizan un salto. Si Kawhi Leonard de alguna manera se recupera y regresa de su lesión en una rodilla, los Los Angeles Clippers se unen a ellos.

Por tanto, la posición parece que será importante esta temporada. La localía parece que será importante entre los tres principales cabezas de serie.

Algo de luz debería verterse en enero sobre la cuestión de si los Utah Jazz están en el nivel de Warriors y Suns. A partir del próximo sábado en el Vivint Smart Home Arena, Utah jugará cuatro partidos contra aquellos equipos. El Jazz verá a los Nuggets dos veces. Verán a los Los Angeles Lakers. Verán a los Memphis Grizzlies. En términos de estrellas individuales, en términos de equipos de playoff, es su mes más complicado de la temporada hasta ahora.

Entran en él habiendo ganado 11 de sus últimos 13 partidos. Entran en él con la clase de ratio limpio reservado normalmente a los equipos que tienen una verdadera oportunidad para progresar a las profundidades de la postemporada. Y entran en él con la clase de interrogantes sobre ellos que no están sobre Phoenix o Golden State.

Sabemos que el Jazz es un gran equipo ofensivo, pero no sabemos si son capaces de conseguir detener ataques cuando lo necesitan. Sabemos que el Jazz, cuando están centrados, son capaces de rachas asombrosas, pero no sabemos si pueden cumplir eso contra los mejores equipos de la liga. Han registrado 0-2 contra los Miami Heat, 0-1 contra los Chicago Bulls, 1-0 contra los Milwaukee Bucks y 0-1 contra los Grizzlies.

Pero Utah no contó con el base Mike Conley contra los Bulls. Desperdiciaron una enorme ventaja en casa contra Memphis y no jugaron bien contra el Heat. Entonces, probablemente eso no sea una referencia aplicable. Sin embargo, cómo les vaya contra Warriors y Suns seguramente lo sea, independientemente de la circunstancia. Esos dos equipos han establecido un estándar tras los primeros 30 partidos al que todavía nadie ha llegado, incluso ni Jazz, Bucks o Brooklyn Nets.


Las razones para el optimismo son muchas. El Jazz es el mejor equipo lanzador de la liga, y un equipo con mucha profundidad en su disparo colectivo que es complicado de desactivar durante 48 minutos. Donovan Mitchell y Rudy Gobert están ambos jugando al nivel más alto de sus carreras. Ambos son seguros para el All-Star Game y van a ritmo de estar en los equipos All-NBA. Los números de Conley no lo mostrarán, pero está jugando al mismo nivel que la pasada temporada, cuando estuvo en el partido del All-Star por primera vez en su carrera.

Por otro lado, el Jazz ha perdido seis partidos en casa, algo extremadamente atípico para ellos, dado cómo de dominantes son normalmente en Salt Lake City. El Jazz aún tiene un problema para defender el perímetro. Y han desarrollado un hábito de adelantarse en el marcador por dobles dígitos y permitir que esas ventajas se borren a sí mismas.

Eso es por lo que el récord de 23-9 luce bien, y el ratio limpio luce genial, y todavía quedan preguntas para este equipo del Jazz. Y eso es por lo que el resto de diciembre y la carga de enero cobra mucha importancia para Utah. Si el Jazz quiere estar en la misma conversación que Suns y Warriors, la oportunidad para obtener esa distinción está justo delante de ellos. Si el Jazz quiere responder las preguntas de atacar las defensas que cambian agresivamente, defender el juego de bases dinámico y los ataques pequeños y dinámicos, la oportunidad estará ahí durante todo el mes.

Pero si no juegan bien en esos partidos, las preguntas y las dudas persistirán. Los números de los Utah Jazz dicen una cosa. Ahora tendrán la posibilidad de emparejar la prueba ocular con esos números.

~Ferran On Sports~

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