Shawn Marion, el multiusos que ayudó a cambiar la NBA

Cuando piensas en jugadores del Hall of Fame, piensas - naturalmente - en estrellas: jugadores definidos por su brillo individual, especialmente en el baloncesto, donde el talento estrella a menudo juega el 75% de los minutos disponibles, tiene el balón en sus manos durante la mayor parte de ese tiempo e influencia el resultado en ambos extremos de la pista.

Si alguna vez hubo un deporte donde los atletas a los que consideramos “héroes en la sombra” pasan incluso más desapercibidos, es el baloncesto. Y sin embargo, algunos de los jugadores más influyentes del deporte entran en esta categoría. Hoy, destacamos a una de las estrellas oscuras más famosas del siglo XXI, un héroe en la sombra que tiene argumentos sólidos para formar parte del Hall of Fame: Shawn Marion.

Marion fue un cuatro veces All-Star y dos veces seleccionado para el All-NBA que ganó un campeonato con Dallas en 2011, pero nunca ganó un premio individual - ambas selecciones al All-NBA fueron para el tercer equipo. Promedió 20 puntos o más por partido únicamente dos veces en sus 16 años de carrera y el único equipo nacional de Estados Unidos del que formó parte fue el infame grupo de 2004 - la única selección americana en no ganar el oro desde que los jugadores de la NBA empezaron a competir en las Olimpiadas.

Pero el impacto de Marion en la pista y en la evolución del deporte tuvo poco que ver con las estadísticas o los reconocimientos personales. Eso no significa que sus números no sobresalieran: Durante un periodo de siete años que empezó en su segunda temporada en Phoenix, Marion promedió 19.3 puntos, 10.4 rebotes, 2.1 asistencias, 2.0 robos y 1.0 tapones vistiéndose de corto en al menos 79 partidos. Ocurre que su lugar en la historia está cimentado por mucho más que esos números.

Hoy en día, ojeadores y directivos de todas partes están fascinados por la versatilidad, por la versión en pista de una navaja suiza: La clase de jugador que puede hacer un poco de todo y defender todas o la mayor parte de posiciones, todo sin la necesidad de dominar el balón en el extremo ofensivo. A principios de siglo, el hombre que se ganó el apodo “The Matrix” (en la imagen // Getty Images) era básicamente el prototipo.

Cuando recuerdas aquellos equipos de los Suns, bautizados “Seven Seconds or Less”, que revolucionaron la NBA, Steve Nash y Mike D’Antoni se llevan la mayoría del mérito, siendo Amar’e Stoudemire el siguiente en la lista. Pero aquellos equipos - y la propia base de la frenética manera en la que jugaban - no existirían sin la presencia de Marion.

De hecho, Marion fue la primera pieza de ese rompecabezas. Antes de que los Suns seleccionaran a Stoudemire, antes de que el equipo ascendiera a D’Antoni y mucho antes de que la organización cerrara el círculo volviendo a adquirir a Nash, las dinámicas habilidades de Marion ya podían verse en Phoenix. ¿Recordáis a aquel Marion de 22 años, en su segundo año en la liga, siendo el máximo anotador en un equipo que registró 51 victorias?

Cuando Nash llegó y convirtió a Phoenix en el mejor equipo de la liga en la 2004-05, el valor que aportaba Marion a aquellos equipos de los Suns, siempre aspirantes al título, era inconmensurable. En un equipo que nunca será recordado por su defensa, Marion, con sus más de dos metros de altura, era el stopper más versátil y fiable; capaz de ralentizar al base estrella del equipo contrario una noche y dar problemas a un interior como Dirk Nowitzki la siguiente.

Nash recuerda que Nowitzki le dijo, después de que este último conectara una canasta ganadora por encima de un superado Quentin Richardson durante una serie de playoff entre Suns y Mavericks en 2005: “Menos mal que he podido quitarme de encima a “The Matrix”.

De los 52 jugadores en la historia de la NBA que han jugado al menos tantos partidos como Marion (1,163), el de Illinois sigue siendo uno de únicamente siete que han promediado al menos un robo y un tapón por partido durante toda su carrera. En perspectiva, parece absurdo que Marion nunca formara parte de un All-Defensive Team, aunque sus posibilidades se vieron probablemente obstaculizadas por los pobres números colectivos de Phoenix en defensa.

En el extremo ofensivo, Marion nunca fue el tipo de estrella al que buscarías para una canasta que rompiera el partido. No creaba situaciones para él mismo, su mecánica de lanzamiento era memorable por su extravagancia - más un giro de muñeca en contraposición a un tiro en suspensión fluido y clásico - y pasó la mayor parte de su carrera siendo un tirador de tres por debajo de la media.

Y sin embargo, se las arreglaba. De los 82 jugadores en la historia de la NBA que han igualado o sobrepasado los 17,700 puntos que anotó Marion en su carrera, 71 jugaron en una época en la que podemos registrar el porcentaje de uso. Y de esos 71 jugadores, el porcentaje de uso de Marion (20.4%) entra en el puesto 69.

Marion fue capaz de anotar más de 17,000 puntos a pesar de esas limitaciones mencionadas anteriormente - era un excelente rodillo, un inteligente cortador que sabía cómo salir del balón y corría al contraataque tan bien como cualquiera. Fue también un dispuesto tirador que disparaba lo suficientemente bien desde el triple para mantener pendiente a su defensor, cuanto menos. En un equipo entrenado por D’Antoni cuya sinfonía ofensiva era dirigida por Nash, las habilidades de Marion estaban hechas a medida.

Cuando valoras cómo cambiaron aquellos equipos de los Suns el deporte y ejercieron influencia en futuros campeones como Miami, San Antonio y Golden State, también debes valorar lo incompletos que hubieran sido aquellos mismos equipos de los Suns sin la capacidad de adaptación de Marion.

Después de breves paradas en Miami y Toronto, Marion encontró un nuevo hogar en Dallas, donde (junto con Jason Kidd y Tyson Chandler) ayudó a Nowitzki y los Mavs a encontrar el equilibrio necesario en 2011 para superar la postseason y ganar el título de la NBA que ninguno de ellos poseía.

En una carrera que careció del tipo de éxito individual al que nos tienen acostumbrados los miembros del Hall of Fame, ese título de 2011 puso un bonito lazo a un currículo que ya estaba a punto de ser merecedor del Hall of Fame desde un punto de vista puramente de impacto en el juego.

La NBA ha registrado tapones y robos desde 1973, y en una liga que ahora saliva por la versatilidad a dos bandas, Marion es uno de tres jugadores en ese periodo de 47 años en registrar al menos 17,000 puntos, 10,000 rebotes, 1,700 robos y 1,200 tapones. Los otros dos: Hakeem Olajuwon y Kevin Garnett.

Elegible para el Hall of Fame por primera vez este año, Marion no acertó el tiro. Pero no le neguemos la acreditación para entrar en Springfield a uno de los héroes en la sombra definitivos del deporte.

“Shawn se convirtió en uno de los mejores jugadores de la historia de los Suns y, creo, tuvo una carrera merecedora del Hall of Fame que pasó desapercibida”, dijo David Griffin, vicepresidente ejecutivo y director deportivo de los Pelicans. a primeros de año. “El hecho de que no se hable más de él en ese debate es sorprendente, francamente”.

~@FerranOnSports~

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