Qué revelan los comentarios de Drew Brees sobre la NFL

Drew Brees, quarterback de los New Orleans Saints, demostró el miércoles sin darse cuenta que, si se juegan partidos de NFL este otoño, la liga debe estar preparada para una pesadilla en cuanto a relaciones públicas que, seguramente, no desaparecerá. Todo porque la NFL trató una vez a los jugadores que protestaban como una pesadilla en cuanto a relaciones públicas que tenía que desaparecer.

En respuesta a una pregunta directa de Daniel Roberts, de Yahoo Finance, Brees se mojó de verdad. Roberts preguntó a Brees acerca de la posibilidad de que los jugadores hinquen de nuevo la rodilla durante el himno nacional para protestar ante la brutalidad policial contra los ciudadanos negros. El asunto ha vuelto a la palestra a raíz de las protestas que han sacudido el país en respuesta al asesinato policial de George Floyd el 25 de mayo en Minneapolis.

“Nunca estaré de acuerdo con quienquiera que falte el respeto a la bandera de los Estados Unidos de América, o a nuestro país”, dijo Brees, antes de explicar que sus dos abuelos prestaron servicio en el ejército de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

“Así que cada vez que me pongo de pie con la mano sobre mi corazón, mirando a la bandera y cantando el himno nacional, pienso en eso. Y muchas veces llego a las lágrimas pensando en todo lo que se ha sacrificado no sólo en el ejército, sino también en aquellos presentes durante el movimiento por los derechos civiles de los 60 y en todo lo que ha tenido que soportar mucha gente. ¿Y está todo bien en nuestro país ahora? No, no lo está. Todavía nos queda un largo camino por recorrer. Pero creo que lo que haces al ponerte de pie y mostrar respeto a la bandera con tu mano sobre tu corazón es demostrar unidad. Demuestra que todos estamos en esto juntos, todos podemos hacerlo mejor y todos somos parte de la solución”.

Brees se esforzó en matizar sus palabras, pero al confundir las protestas con “faltar el respeto a la bandera”, tocó una fibra sensible. Su respuesta recordó a lo que dijo en 2016, cuando Colin Kaepernick se convirtió en el primer jugador de la NFL en protestar ante la injusticia racial hincando una rodilla. Pero en junio de 2020, la reacción ha sido mucho más diferente.

Jugadores y ex jugadores de la NFL empezaron rápidamente a atacar a Brees por sus comentarios. Uno de sus compañeros de equipos, el safety Malcolm Jenkins, grabó un vídeo en el que le decía a Brees que “se callara la puta boca”. Ed Reed, miembro del Hall of Fame, llamó repetidas veces “imbécil” a Brees. Incluso LeBron James aprovechó el momento para ofrecer su opinión. Está claro que los atletas negros en general - y los jugadores de la NFL en particular - tienen cada vez menos miedo de decir lo que piensan, aun a riesgo de alienar a un jugador estrella blanco.

¿Y por qué no deberían tener miedo? La liga no escuchó a Kaepernick; le colocó de manera efectiva en la lista negra después de la temporada 2016 y le pagó finalmente en un acuerdo extrajudicial para que desapareciera. Alrededor de un año después de que Kaepernick hincara una rodilla, el Presidente Donald Trump utilizó a los jugadores que protestaban como armas arrojadizas en su interminable guerra cultural, y la liga apenas peleó por ellos. En realidad, tanto Trump como la NFL querían decir lo siguiente: El mismo patriotismo superficial que alienta la política divisional de Trump está también presente en la tradicional estrategia de la NFL de utilizar la bandera americana y su ejército como branding para promocionar el deporte. Por favor sea usted respetuoso.

La mayoría de los jugadores de la liga respondieron a las declaraciones de Trump hincando una rodilla durante el himno nacional el siguiente fin de semana, pero el mensaje de esas protestas fue pronto reemplazado por dueños como Jerry Jones, que montó un espectáculo llevando a cabo una versión unificada y bastarda del gesto de Kaepernick antes de amenazar rápidamente a todo aquel jugador que pretendiera continuar con la protesta durante el himno. El mensaje de la NFL estaba claro: Es hora de dejar atrás esta tontería de la “justicia social”.

Entonces, después de un tenso encuentro entre jugadores y propietarios en octubre de 2017 en Nueva York, la liga decidió no implementar una política formal que definiera cómo deberían comportarse los jugadores durante el himno. Incluso John Mara, de los Giants, uno de los dueños más conservadores de la liga, salió admitiendo que su “rígida” posición contra las protestas había “evolucionado un poco” después de escuchar lo que realmente tenían que decir los jugadores. El racismo no se estaba eliminando, pero se estaban teniendo conversaciones importantes y ciertas voces estaban siendo escuchadas. Ya era algo.

Al final de la temporada 2017, menos de 10 jugadores seguían protestando de manera regular. De todas formas, esto no detuvo a los dueños, que confeccionaron de manera conjunta una política punitiva respecto al himno en mayo de 2018 - sin consultar a los jugadores. Trump, quien en ocasiones tampoco sirve como ejemplo de respeto al himno nacional, seguía golpeando a la liga y, antes que defender a los jugadores, los dueños se rindieron. Los jugadores emitieron una queja a través de su sindicato y, en el plazo de dos meses, la liga acordó no implementar la política.

El asunto se esfumó - justo como quería la NFL - y la liga centró su atención en formar parte de la causa acordando donar $90 millones a la Players Coalition, un grupo de jugadores y ex jugadores que trabajan en defensa de la justicia social a nivel comunitario. La Coalition dio la espalda a Kaepernick y Eric Reed, ex compañero de equipo suyo en los 49ers, que había continuado protestando y alzando la voz, estuvo entre los diversos jugadores que abandonaron el grupo debido a preocupaciones relacionadas con su objetivo final y la manera en que se tomaban las decisiones. Por $90 millones - un error de redondeo para su negocio de $16.000 millones - la NFL compró un poco de buena voluntad, hizo desaparecer su pesadilla en cuanto a relaciones públicas y desarrolló otra herramienta de marketing.

Entonces, el pasado verano, la NFL se alió con la empresa del rapero Jay-Z, Roc Nation, “para mejorar las experiencias de partidos en directo de la NFL y amplificar los esfuerzos de la liga para la justicia social”. En una rueda de prensa para celebrar dicho acuerdo, Jay-Z se sentó en una sala de juntas codo con codo con Roger Goodell, comisionado de la NFL. Aunque una vez se había referido a Colin Kaepernick como una “figura emblemática”, Jay-Z dijo ese día que había “dejado atrás el arrodillamiento”, como si la protesta de Kaepernick fuera un mero inconveniente que podía ser desechado. En otoño, la NFL llevó a cabo el torpe intento de organizar una prueba para Kaepernick delante de los 32 equipos, pero la iniciativa, organizada a toda prisa, pronto quedaría como la farsa que fue. El trabajo de la liga estaba hecho.

Ahora, esto. Brees acabó emitiendo una disculpa el jueves por la mañana. Pero con millones de personas protestando en ciudades alrededor del mundo, está claro que la NFL ya no puede enmarcar la brutalidad policial e injusticia racial solamente según su esencia. La NFL tendrá que hacer algo importante, como ofrecer una oportunidad laboral real a Kaepernick - o limpiar el estilo de admisión nepotista que impregna su proceso de contratación de entrenadores y ejecutivos, que limita muy a menudo las posibilidades de candidatos negros para avanzar o conseguir segundas oportunidades.

El comunicado que emitió la liga en nombre de Goodell durante el fin de semana pasado no fue muy prometedor. Mencionaba los asesinatos de Floyd, Breonna Taylor y Ahmaud Arbery en voz pasiva, como si a los tres les hubiera golpeado una maceta que caía. De manera deliberada, nunca hacía mención a la raza, los policías o la violencia policial. “En vez de eso”, como escribió Samer Kalaf para Slate, “cuando se muestra la prueba irrefutable del mensaje de Kaepernick - que la policía deshumaniza y asesina a gente negra así como a otra gente de color - en forma de un vídeo del agente Derek Chauvin ahogando a Floyd con su rodilla durante más de ocho minutos, lo mejor que podría hacer la NFL es que ahora se da cuenta del ‘poder de nuestra plataforma en las comunidades y como parte del tejido de la sociedad americana’”.

Esa clase de retórica vacía puede que ya no sirva, ya que numerosos jugadores se han revelado ante Drew Brees en los últimos días. Cualquier acción que pueda llevar a cabo la NFL no resolverá ni mucho menos el racismo, pero la liga todavía tiene una oportunidad de demostrar a su personal, negros en su mayoría, que va en serio. Esto no es sólo una pesadilla en cuanto a relaciones públicas para la NFL, y nunca lo ha sido.

~@FerranOnSports~

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los Blue Jays desestiman la oportunidad histórica de los Rays

Harris, de los Broncos, pide un nuevo contrato o su traspaso

Cómo el Dodger Stadium dividió, unió y transformó LA para siempre