Los Blues capturan su 1a Stanley Cup con la victoria en el Game 7 sobre los Bruins

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Jordan Binnington, portero de los Blues, esperó pacientemente, como aprenden a hacer los rookies de la NHL, mientras la Stanley Cup era pasada de compañero en compañero a través del recientemente conquistado hielo de los Boston Bruins.

Trece jugadores de St. Louis tuvieron su momento con el emblemático trofeo, levantándolo por encima de sus cabezas, bajándolo para besarlo y posando con él para una fotografía.

Finalmente, el suplente Jake Allen dio un pequeño golpe al titular, y la estrella del Game 7 patinó tímidamente para recibir la Copa y cerrar una de las grandes historias de novatos en la historia de la NHL.

Binnington detuvo 32 disparos, y Ryan O'Reilly, ganador del Conn Smythe Trophy, anotó por cuarto partido seguido ayer miércoles por la noche para llevar a los Blues a una victoria por 4-1 sobre Boston en el Game 7 de la Stanley Cup Final y su primer campeonato de la NHL.

"Llevar una Copa a una ciudad por primera vez es una locura. Es difícil describirlo con palabras," dijo el delantero Jaden Schwartz en el hielo mientras jugadores y directivos del equipo tenían su momento cuidando su nueva joya. "Estos aficionados han estado esperando mucho tiempo. Es emocionante. Vamos a divertirnos mucho con ella."

O'Reilly añadió una asistencia, Alex Pietrangelo marcó un gol y dio una asistencia y Brayden Schenn y Zach Sanford anotaron también para St. Louis, equipo que contaba con el peor récord de la liga durante los primeros días de enero pero que ganó 30 de sus últimos 49 partidos de la temporada regular.

"Una vez comenzamos a trabajar juntos, éramos duros de vencer," dijo el entrenador Craig Berube, quien se hizo cargo cuando Mike Yeo fue despedido en noviembre.

Es el cuarto entrenador en los últimos 11 años contratado a media temporada para llevar a su equipo al título de la NHL.

Apoyándose en Binnington, los Blues eliminaron a los Jets en seis partidos, a los Stars en siete y después se deshicieron de los Sharks en seis para alcanzar la final por primera vez desde 1970. Ese año, los Blues perdieron en Boston cuando Boby Orr voló por el aire después de anotar el gol que les daba la Copa - un gol que es conmemorado en bronce fuera del edificio.

"Es bastante loco cómo las cosas se cierran en círculo así," dijo Sanford. "Sabes, este equipo se lo merece más que cualquier otro, creo. Este es el mejor grupo de tíos del mundo. Trabajamos, y nos lo hemos ganado."

En una serie física que dejó a Zdeno Chara, capitán de los Bruins, con una mandíbula rota y vio a dos jugadores de los Blues ser suspendidos por golpes a la cabeza, los equipos se turnaron para ganar los primeros tres partidos, con Binnington siendo sustituido en una derrota por 7-2 en el Game 3. St. Louis ganó los dos siguientes para ponerse a uno del título, pero Boston resurgió anotando cinco goles en el Game 6 el domingo para forzar la serie al límite.

Boston tuvo la ventaja de hielo, junto con una gran ventaja en la Stanley Cup y experiencia en séptimos partidos: cinco Bruins permanecían del equipo que batió a Vancouver en siete para ganar el sexto título de la franquicia en 2011, para después volver a la final dos años después.

Pero fue el novato Binnington - no Tuukka Rask, ganador del Vezina Trophy en 2014 - quien llevó un shutout a los minutos finales ayer miércoles. Los Blues no estuvieron nunca, realmente, en peligro después de anotar dos veces en los minutos finales del primero periodo.

"Se recuperó. Sabíamos que lo haría," dijo Pietrangelo. "Increíble primer periodo. Su seguridad, su arrogancia, su creencia en sí mismo - increíble."

Rask, quien había sido el favorito para el MVP de la postemporada si los Bruins hubieran ganado, paró 16 disparos. Los Bruins superaron en disparos a St. Louis por 33-21, pero Matt Grzelcyk anotó el único gol de Boston.

El segundo periodo no tuvo anotación. Schenn lo puso 3-0 con 8:35 restantes por jugar y Sanford lo puso fuera del alcance antes de que los Bruins arruinaran la candidatura a la blanqueada de Binnington.

"Estoy seguro de que hay un futuro brillante para este equipo," dijo Chara. "Estoy seguro de que todo el mundo lo contemplaba de diferente manera, y creíamos que estaba ahí para nosotros. Esto es deporte. Tienes que aguantar estas cosas más o menos y seguir adelante."

Volviendo al sitio de su última aparición en la final, los Blues ganaron por tercera vez en Boston esta serie y por 10a vez, empatando la mejor marca de la NHL, en la postemporada.

O'Reilly ganó el Conn Smythe Trophy como el MVP de la postemporada. Es el primer jugador desde Wayne Gretzky en anotar en cuatro partidos consecutivos de la Stanley Cup Final.

Lo de Gretzky no es una sorpresa, ya que es el líder en anotación de la NHL tanto en la temporada regular como en los playoffs. Pero O'Reilly anotó sólo tres goles en sus primeros 22 partidos de la postemporada.

"El tipo ha sido una bestia en los playoffs," dijo Schenn. "Se lo merece. Es un tremendo jugador. Binnington es una bestia. Formo parte de un gran equipo."

St. Louis derriba con esta victoria a una franquicia de las Seis Originales, que cuenta ya con una media docena de estandartes.

"Han sido un equipo histórico. Han ganado muchas Copas." dijo Vince Dunn, defensa de los Blues. "Entramos a la temporada con muchas esperanzas, y nos defraudamos un poco a nosotros mismos a principios de temporada. Pero no había duda en nuestras mentes de que podíamos darle la vuelta a la situación y volver a la buena senda."

Los Bruins respondieron al apoyo local dominando durante largos periodos del encuentro excepto en la manera que importa más.

Los Blues tan sólo llevaban un disparo entrando a los minutos finales del primer periodo, pero anotaron primero cuando O'Reilly desvió un disparo de Jay Bouwmeester que entró en la red. Entonces, con tan sólo 8 segundos restantes en el periodo y con Brad Marchand, delantero de los Bruins, indeciso en un cambio de línea, Pietrangelo batió a Rask para ponerlo 2-0.

Bouwmeester ha jugado en 1,184 partidos de temporada regular - la tercera marca más alta entre jugadores activos que no han tenido grabado su nombre en la Stanley Cup.

Eso le ganó el honor de de ser el primer jugador en recibir el trofeo de manos de Pietrangelo, el capitán.

"Ha sido increíble," dijo. "He estado esperando mucho tiempo, y ha sido un honor que me la haya dado a mí."

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