Doncic y qué más
No hay nada sorprendente o increíblemente decepcionante acerca de que los Dallas Mavericks de Luka Doncic no consiguieran ganar una serie de playoff por segundo año consecutivo
El equipo ganó por encima de sus posibilidades y saltó la línea en 2020. Sobre el papel, los Mavs de 2021 siempre pensaron en estar en algún sitio entre la tercera y la séptima posición en la Conferencia Oeste. Terminaron quintos y tuvieron mala suerte en quedar emparejados con un equipo de los Los Angeles Clippers aspirante y liderado por Kawhi Leonard en la primera ronda.
Pero esa derrota resulta en una fascinante offseason en Dallas, donde los Mavs no han avanzado más allá de la primera ronda desde que ganaran el campeonato en 2011.
La buena noticia es que la sola presencia de Doncic da a los Mavericks una ventaja sobre la competencia, y asumiendo que el All-NBA firma una extensión de máximo valor este verano, Dallas podría tenerlo bajo control del equipo hasta 2027.
Luka es la clase de superestrella generacional y trascendente sobre la que se construyen los aspirantes perennes de la NBA. Esos adjetivos puede que estén gastados cuando se debate sobre los talentos de primer nivel de la NBA, pero Doncic está entre la rara cosecha de estrellas que encaja en ellos verdaderamente a la perfección.
Tener a Doncic significa que Dallas no necesita ser perfecto, pero el equipo necesita ser mejor de lo que es ahora.
Lo que hace Doncic es tanto fascinante como asombroso, pero tampoco es extraño que el de 22 años parezca agotarse mientras los partidos y las series elevan su tono. Cada posesión de los Mavericks en el Game 7 contra los Clippers pasó factura a Doncic, que a menudo tuvo que fabricar algo de la nada. Una posesión en el segundo cuarto de ese partido decisivo, en particular, capturó perfectamente la cantidad de energía necesaria de Doncic para mantener a flote el ataque de los Mavs.
Primero necesitó crear espacio - y un tiro - para él contra Paul George (después de un cambio con Leonard), se enfrentó de nuevo a él después de que Dorian Finney-Smith cogiera un rebote ofensivo tras el fallo inicial de Doncic, penetró hacia dentro contra Terance Mann y Leonard, y convirtió un dos más uno que cargó a Kawhi con una falta.
Mira esa posesión, presta atención al talento poco entusiasta alrededor de Doncic, e intenta averiguar cómo puede mantener una energía y unos números de tiro consistentes durante el curso de un encuentro, ni hablar de una serie de siete partidos contra un buen equipo defensivo.
Los Mavs terminaron octavos en eficiencia ofensiva esta temporada después de gozar del primer ataque de la liga el pasado año, pero la postemporada deja dolorosamente claro que Doncic necesita ayuda.
Kristaps Porzingis debía ser el coprotagonista perfecto, pero no ha cumplido las expectativas en Dallas, y los Mavs no pueden permitirse tener esperanzas de que volverá a ganar alguna vez la forma de All-Star que encontró en Nueva York.
Porzingis no tira o protege el aro con la consistencia necesaria para ser el ancla defensiva que abra el parqué que los equipos modernos anhelan. No va hacia dentro lo suficiente para ser el socio de pick-and-roll que corra hacia el aro que necesita Doncic. Y promedió sólo 5.4 rebotes en 33 minutos por partido contra los Clippers pese a medir 2.21 metros.
Al letón se le debe además $101 millones durante los próximos tres años, así que traspasarlo no será una tarea fácil para el general manager Donnie Nelson, que tendrá que asumir probablemente dinero sucio a cambio.
Volver a firmar a Tim Hardaway Jr. debería ser también una prioridad principal, pero entre el espacio que ocupa Hardaway y la opción de jugador de $11.6 millones de Josh Richardson para la próxima temporada, puede que Dallas no tenga la flexibilidad para ser el jugador agente libre y ostentoso que quiere ser.
Hay bastantes agujeros que llenar en el extremo defensivo de la pista, pero lo que Leonard, George y los Clippers han expuesto en dos postemporadas seguidas es que la necesidad defensiva más grande de los Mavs es un defensa en el ala grande para defender a los alas e interiores estrellas de la liga. Si los Mavs están fuera del primer escalón de los agentes libres de 2021, apuntar a jugadores como PJ Tucker u Otto Porter Jr. para emparejar con Finney-Smith puede ser un enfoque más rentable.
Con Doncic a cuestas y progresando con rapidez, los Mavs son capaces de tocar a la puerta de aspirar a las Finales tan pronto como la próxima temporada. Pero necesitan algo más para asegurarse de que no malgastan la ventaja que les ha proporcionado la brillantez de Luka.
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